miércoles, 29 de julio de 2009

Dios nunca está ausente

Se adjudica al conocido comentarista bíblico Mathew Henry la siguiente frase: “El Dios de Israel, el Salvador, es a veces un Dios que se oculta a sí mismo, pero nunca un Dios ausente; a veces está en la oscuridad; pero nunca en la distancia”.

Cuando llegan los momentos de crisis, como los que estamos viviendo, muchas personas hacen una pregunta recurrente: ¿Dónde está Dios? Ciertamente para los creyentes es una pregunta lacerante, ya que trata de carcomer el fundamento de nuestra fe que es Dios mismo y su Palabra. Por eso es interesante el pensamiento de Mathew Henry, a Dios a veces no lo vemos actuar, sin embargo eso no significa su ausencia o desinterés, mas bien es una actitud sabia dentro de sus planes y propósitos.

Mirando la Biblia nos encontramos que en varias oportunidades Dios estuvo oculto pero no ausente. En Daniel se nos relata el comienzo de la triste esclavitud de Israel en Babilonia. Son años de oscuridad y sufrimiento, tiempo en donde no hay lugar para el canto y la alegría, pareciera que Dios se olvidó de su pueblo. Ahora bien, si leemos el libro de Daniel detenidamente, nos damos cuenta que si bien Dios parece oculto, se muestra de una manera sobresaliente a favor de sus siervos y de su pueblo.

En segundo lugar hay un episodio en la vida del Señor Jesús en donde Dios parece ausente. Si bien los evangelios nos hablan de la maravillosa comunión entre Dios Padre y Dios Hijo, en el momento cúlmine del calvario se oye la voz de Jesucristo clamando: “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?” (Mateo 27:46) . Es tremenda la exclamación, pero no menos la respuesta: el silencio. Una vez mas Dios estaba oculto pero no ausente. Las Escrituras nos enseñan que en los propósitos de Dios, Cristo en esos momentos debía gustar la copa amarga de la ira divina sobre el pecado, acto que lo hacia a favor de cada uno de nosotros (Isaías 53:10,11 / 2ª Corintios 5:21).

En tercer lugar leemos 2ª Pedro 3:4 ¿Dónde está la promesa de su venida?”. El anciano apóstol nos advierte que en los últimos tiempos vendrán personas, tratando de socavar los cimentos de nuestra esperanza: Cristo vendrá otra vez por los suyos. Esta pregunta del vs. 4 es otra manera de decir: ¿dónde está Dios? ¿dónde está tu Dios? Sería bueno tener en cuenta los argumentos de Pedro en este caso: Nuestro Dios es poderoso y justo (vs.5-7), Nuestro Dios no está ajustado por el tiempo como los humanos (vs. 8), Nuestro Dios es paciente y misericordioso (vs. 9), Nuestro Dios cumple su palabra (vs. 10), Nuestro Dios espera fidelidad de su pueblo mientras aguarda el cumplimento de las cosas finales (vs.11-14); por último, nuestro Dios es salvador (vs. 15).

Como dijimos al principio, en este tiempo complicado que tenemos que pasar, muchos estarán preguntándose ¿dónde está Dios?, los creyentes podemos dar testimonio que aunque no lo veamos Dios está presente y que los atributos que describe Pedro en su segunda carta están plenamente vigentes, podemos confiar en Él y esperar de su mano la bendición oportuna.

Repasando, en el primer caso, vemos que Dios estaba presente para sostener y ayudar a su pueblo, en el segundo, estaba presente para cumplir el maravilloso propósito de la salvación y en tercer lugar está presente garantizando nuestra esperanza.

Es nuestra oración, que cada uno de nosotros podamos descubir la presencia de nuestro Dios en nuestra vida, alentándonos, guiándonos y fortaleciéndonos en todo momento. Que podamos darnos cuenta: “puede que parezca estar en la oscuridad, pero nunca en la distancia”.


1 comentario:

Anónimo dijo...

Che estuve leyendo varios devocionales en mi descanso de estudio. Están buenísimos =) espero que sigan subiendo así desde Santa Fe los leo jaja. Un beso Dani