martes, 26 de febrero de 2008

BIEN CERCA DEL SEÑOR

Cuando leemos en el evangelio de Juan en el capitulo 13 vs. 21 en adelante, observamos al Señor junto a sus discípulos celebrando la cena de la pascua. Ya se avecinan las negras horas de la agonía y la cruz. El Señor ha anticipado su muerte en varias oportunidades, sin embargo parece que los discípulos aún no toman conciencia de lo que está por suceder.

En el cuadro descripto en el texto de referencia, encontramos al mismo Juan recostado cerca del pecho del Señor. Hermosa actitud la del evangelista. Demuestra un sentimiento que se traslada al hecho de estar bien cerca del Señor. Tal vez él es uno de los que aun no se han dado cuenta de que serán testigos presenciales del evento más significativo para la humanidad: Cristo muriendo en nuestro lugar y por nuestros pecados. Seguramente esta ha sido su actitud desde que conoció al Señor, aquel día cuando remendaba sus redes. Desde ese día lo dejó todo por seguir a Jesús, bien cerca de Él.

Bien cerca del Señor, como uno de los doce (Mr. 3:17), cuando resucitó a la hija de Jairo (Mr. 5:37), cuando vio su gloria en el monte de la transfiguración (Mr. 9:2), y presenció su agonía en el Getsemaní (Mr. 14:33). Bien cerca del Señor frente a la cruz junto a aquellas piadosas mujeres (Jn.19:26, 27).

Extraordinaria actitud de un discípulo frente a su Señor, estar bien cerca.

Cuando deseamos estar cerca, bien cerca de una persona; es porque nos alientan algunos de estos factores: el amor, la admiración y la alegría. Tratándose de nuestro Señor Jesús con mas razón. El mismo Juan dice que le amamos a Él, porque Él nos amó primero (1ª Jn. 4:19). Amamos al Señor porque Él nos demostró su amor y misericordia; le admiramos por la grandeza de su persona, porque no hubo ni habrá nadie igual a Él, Cristo es único; y nos alegramos en Él porque su perdón ha sanado nuestro corazón, devolviendo el gozo que el pecado nos quitó.

Con semejantes razones, ¿cómo no vamos a estar cerca del Señor? ¿por que nos vamos a perder la enorme satisfacción de disfrutar su presencia? ¿hay algo mejor? ¿Toda la diversión del mundo o toda la riqueza de esta tierra es mayor que el gozo de seguir a Cristo?, la respuesta es una sola: Nada se puede comparar con la presencia del Señor Jesús.

Hermanos vivamos siempre cerca del Señor, en una intima comunión, que al igual que Juan, por la fe y movidos por nuestro amor a Él, podamos desarrollar nuestra vida cerca, bien cerca del Señor

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